Antonio Jiménez Torrecillas, gran arquitecto y maestro de la Arquitectura, nos ha dejado ayer martes 16 de junio. La tristeza que nos ha invadido es indescriptible y el vacío que Antonio deja imposible de llenar. Pérdidas así marcan necesariamente un punto de inflexión. Un antes y un después.
Elisa Valero, Catedrática de Proyectos Arquitectónicos de la ETSAG y gran amiga de Antonio, le ha dedicado unas palabras que publica hoy el periódico Ideal, en las que refleja con acierto el sentir de todos los compañeros que hemos tenido la suerte de disfrutar de su brillante personalidad rebosante de optimismo y sensibilidad.
«(…) Antonio nos ha enseñado mucho desde la primera vez que vino a la Escuela como profesor invitado a una clase de construcción. Entonces era un joven que nos asombró con su alejamiento de lo convencional, explorando los caminos viejos de la arquitectura vernácula. Libre de prejuicios y formalismos, a través de sus ojos nos ha enseñado a ver la belleza oculta de lo cotidiano que hace fácil lo difícil. (…)»
Encontraréis el texto completo en este enlace.
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